Reflexiona antes de tener un gato persa

En el mundo de los gatos, la raza persa es de las favoritas de los amantes de los gatos y si no lo sabías, es considerada de las razas felinas domésticas más antiguas. Se destaca por su cara particular, pelaje largo y sedoso y comportamiento dócil; no obstante, es una raza que se pone de moda de vez en cuando y su demanda ha subido gracias a las redes sociales, por lo tanto, muchos consiguen de estos michis en criaderos formales o informales sin saber sus necesidades básicas o no valoran el tiempo que requieren para cubrir  sus cuidados o los consideran demasiados. En consecuencia, son gatitos que terminan en hogares de acogida, refugios o se terminan perdiendo en las calles. Así que debes considerar todo lo siguiente antes de querer adoptar a un gato persa.

 

Su historia

 

Anteriormente, se creía que los gatos persas provienen de Oriente, dado que comparten historia con los primeros gatos de pelo largo en Persia, actual Irán y fue hasta el siglo XVII que llegaron a Europa y su popularidad se disparó; pero, muchos estudios recientes aseguran que esta raza proviene de Rusia, debido a su pelo largo y grueso, carácter tranquilo, gran tamaño y anatomía ancha y robusta para soportar los fríos de invierno y poder cazar en la nieve así como tener una vida doméstica. Con ello, éste comportamiento que han adquirido con el tiempo no les exige hacer mucho ejercicio pero sí el necesario como rascar madera o trepar muros; ya que, de no hacerlo, pueden desarrollar obesidad o acaloramientos por su pelo, pues ahora no deben soportar grandes tormentas de nieve o depender del calor de una fogata. 

 

Por otro lado, la denominación de la raza como "persa" se estableció por primera vez en el siglo XX con la fundación de la primera asociación de criadores de esta raza; ya que, anteriormente a los gatos de pelo largo se les denominaba "Angora", ahora, la diferencia entre un "Angora" en un "Persa" es que los Angora tienen la nariz larga, su complexión es más ligera y su pelaje es más suave y delgado; en cambio, los persas conservan su nariz corta, complexión fuerte y pelaje largo grueso y sedoso.

 

Es hora de reflexionar

Por lo tanto, al vivir en más en contacto con los humanos, han desarrollado un carácter muy apegado con sus dueños, es por esto que les gusta estar con los humanos la mayoría del tiempo y no son muy inquietos; así que, es una raza considerada fácil de atender para muchas personas, sobre todo si viven en departamentos o residencias pero poco ideal para las personas que tienen horas laborales largas o deben trabajar casi todo el tiempo; pues si sus dueños están mucho tiempo ausentes, su salud se verá afectada.

Además, gracias a su demanda masiva, la raza comenzó a mostrar algunas deficiencias en su salud, por ejemplo, nariz rebajada que le provoca inflamaciones en la garganta y problemas para comer o respirar, ojos que lloran con facilidad y piel más sensible. Afortunadamente, los criaderos responsables han sabido controlar estos problemas y darle a los persas una vida sana y un futuro más prometedor; no obstante, algunos persas son propensos a sufrir estos problemas de salud.

A continuación, nuestros consejos para que reflexiones si debes o tienes lo necesario para poder cubrir las necesidades de estos gatos y darles una buena vida:

 

Así que, si aún deseas tener uno de estos gatos, recuerda no no apoyar a la compra y venta de estos michis, en cambio ayuda y rescata a a todos esos persas que están en las calles, pues son víctimas de la negligencia y la desinformación de las personas. Merecen una segunda oportunidad. Adoptar salva vidas. Esterilizar es un acto de amor.