Cada cuánto puedes bañar a tu gato
Los gatos son animales muy limpios. Es bien sabido que se acicalan continuamente con la ayuda de su lengua, cubren sus heces y orines con la arena para que no las vean ni huelan y algunos gatos muestran hostilidad ante el contacto con el agua fría en su cuerpo. Ese es el motivo por el que en ocasiones se suele recurrir al uso de espumas de lavado en seco, que se pueden adquirir en tiendas de animales especializadas y que, combinadas con un correcto cepillado para eliminar el pelo muerto, pueden ser una buena alternativa para mantener la higiene capilar de tu gato en un estado óptimo.
Pese a ello, existen determinadas circunstancias que pueden provocar que sea necesario bañar a tu gato. Entre ellas, la necesidad de una desparasitación mediante un shampoo adecuado, la presencia de alguna patología relacionada con la piel o solo eliminar la suciedad puntual concentrada (grasa o tierra).
¿Cada cuándo se baña a un gato?
También es cierto, que si consigues acostumbrar a tu gato al baño desde que es un gatito (a partir de los 2 meses de edad), el contacto con el agua no le resultará desagradable. Si éste es tu caso, y tu gato no suele salir al exterior, una frecuencia de lavado mensual es suficiente. Puedes bañarlo en tu lavabo o tina con agua tibia y su shampoo para gatos, una rutina de baño no mayor a 5 minutos será bueno para tu gato para asociarlo como algo relajante y que lo hará sentir mejor y no como un momento incómodo prolongado.
¿Cómo bañar a un gato?
Para llevar a cabo el baño a un gato, deberás tener tacto y paciencia. Aunque tu gato le guste el agua, cualquier movimiento brusco puede generarle estrés y complicar la actividad. Puedes usar la bañera, o un recipiente que se ajuste a su tamaño. Es conveniente que coloques una alfombrilla en la superficie para evitar que tu gato se resbale con las uñas.
Utiliza agua tibia (30 grados) y un shampoo específico para gatos. Esto último es muy importante porque los shampoos para personas, aunque sean neutros, no respetan el pH de la piel de los gatos y puede provocarles problemas de piel. Así que, antes de empezar, deja que el agua suene un poco, para que tu gato se acostumbre al sonido del agua.
Durante el baño, evita el contacto del agua en sus orejas y ojos. De esta manera, disminuirás el riesgo que desarrolle infecciones en el oído u ojos. Puedes taparle sus orejas con algodón con mucho cuidado para protegerlo de que le entre el jabón del shampoo y cubrirle los ojos con tu mano para evitar que le caiga en la cara, si lo acostumbras así desde pequeño, es lo óptimo.
Comienza mojando la parte inferior del cuerpo con la mano o con una esponja suave y ve bajando poco a poco. Así conseguirás aumentar la confianza y hará más fácil el proceso y tu gato dejará que lo toques. Enjabónalo mientras lo acaricias y le hablas con tranquilidad; deja que el shampoo actúe durante unos minutos.
Finaliza el proceso aclarando su cuerpo con agua y asegurate de dejarlo sin restos de jabón, ya que podrían incomodarle en sus rutinas diarias de aseo.
Es hora de secarlo
Una vez finalizada la tarea, sécalo con una toalla, con mucho mimo y cuidado. Si es época de frío, también puedes utilizar un secador de pelo para acelerar el secado aunque el ruido los suele asustar y les genera ansiedad e inquietud a muchos gatos, así que lo mejor es tener el cuarto cálido y secar al gato lo más rápido posible, a menos que tengas un secado silencioso. No lo acerques mucho al secador, hazlo con moderación y deja que lo toque para que se familiarice con éste, y si notas que no le gusta la secadora, deberás optar por secarlo con la toalla. Recuerda que debe asociar todo el procedimiento como algo bueno y relajante y no como algo negativo.
Tu gato querrá lamerse también una vez hayas terminado y debes permitírselo ya que quiere apoyar con su propia limpieza.
Cuando hayas conseguido que esté totalmente seco y tranquilo, puedes darle un último cepillado para que sienta su pelaje uniforme y también ayude a que su pelaje esté brillante.
Consejos
- Ármate de mucha paciencia. Lo más probable es que bañar a tu gato no vaya a ser fácil, en especial si es su primera vez, ya sea por ser un gatito o un gato adulto que nunca ha pasado por esa experiencia. Así que, mantén la calma en todo momento, ten paciencia y sé tolerante. Eso sí, también es importante que actúes con seguridad en ti.
- Cepíllalo antes. Quítale el exceso de pelo muerto cepillándolo antes del baño y, si tiene algún nudo en el pelaje, deshazlo o córtaselo. También puedes hacerlo el día anterior para reducir el estrés de la jornada del baño.
- Al principio, si puedes, pide ayuda. Si son 2 personas para bañar a tu gato, será mejor tanto para el manejo del felino como para poder transmitirle una mayor sensación de calma al animal. Además, es importante que le hables con dulzura y suavemente durante todo el proceso. Cuando ya te sientas con más experiencia y tu gato también, podrán hacerlo solo tú y tu gato.
- Elige bien el día. Es conveniente que, cuando bañes a tu felino, no esté excesivamente nervioso. Además de que eso te dificultaría mucho la operación, si lo está, podría sufrir algún tipo de bloqueo o trauma, así que no lo obligues a someterse al baño e inténtalo en otro momento. Tu gato es muy sensible emocionalmente y algo así podría acarrear problemas futuros. Puedes valorar su estado de ánimo acercándote a él, acariciándolo (cosa que además te ayudará a relajarlo) y escuchando el grado de su ronroneo.
- No dejes que se sumerja en el agua. Vigila que no se llene mucho tu tina o lavabo ya que tu gato sentirá la necesidad de salir al creer que se puede hundir o ahogar y eso le generará un trauma, así ten preparada la cantidad de agua adecuada para mojarlo antes, lavarlo y quitarle el jabón.
Recuerda que nuestros gatos son mascotas destacadas por su limpieza e higiene, así que es muy importante ayudarlos y bañarlos de la mejor manera. No olvides proporcionarle un lugar a tu felino donde se sienta cómodo y feliz.
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