¿Cómo lograr que tu perro acepte a otro cachorro en casa?

Los amantes de los animales generalmente comienzan adoptando un cachorro y casi siempre terminan queriendo ampliar su familia perruna. Sin embargo, en muchos casos les detienen las dudas: ¿Cómo recibirá el perro antiguo al recién llegado? ¿Tendrás celos? ¿La convivencia será pacífica o habrá peleas? ¿Quieres adoptar un cachorro, pero temes la reacción de tu perro?
 
Algunas veces la convivencia entre un nuevo cachorro y tu perro se logrará sin problemas, pero en otras ocasiones, la llegada del “intruso” puede convertirse en un dolor de cabeza para todos. A continuación, te presentamos una serie de consejos útiles para lograr que tus perros sean mejores amigos.
 
 
Factores que debes tomar en cuenta
 
Comprende sus reacciones. Los perros son territoriales por naturaleza y defenderán a su familia y casa si perciben una amenaza. Debes intentar ser tolerante y paciente si las cosas no marchan como lo esperabas, recuerda que tu perro teme que dejes de cuidarlo por culpa del recién llegado, ya que los perros pueden sentir celos. Considera también que los cachorros menores de 4 meses no interpretan el lenguaje corporal de los perros adultos, como las posiciones de las orejas, el movimiento de la cola y otras señales de alerta y agresividad. Si el asunto se desborda, será necesario conservar la calma evitar o detener las peleas.
 
Escoge correctamente al nuevo cachorro. A la hora de adoptar al nuevo integrante de la familia, debes tener en cuenta que será el compañero de tu perro actual. Examina su personalidad y considera si serán compatibles o no. Un perro anciano tendrá más reticencia a aceptar a un cachorro si este es demasiado juguetón. Además, recuerda que los cachorros tienen comportamientos habituales, como morder muy fuerte al jugar, lo que puede desatar reacciones agresivas en un perro adulto.
 
Ten en cuenta la raza y tamaño de ambos. Lo ideal es buscar que los canes sean de tamaños similares para evitar que la fuerza física ponga a uno en peligro y el otro en conflictos. Pero recuerda que el tamaño no determina la personalidad de un perro sin embargo, lo óptimo es tomar precauciones; las características de cada especie también son relevantes así que infórmate correctamente antes de elegir a tu nuevo cachorro.


1) El momento de la presentación

La presentación es de lo más crucial porque crea un precedente importante en la relación de los perros y puede marcar la diferencia entre una convivencia pacífica y enriquecedora o una lucha diaria marcada de celos y peleas.
  1. Elige un lugar neutral. Lo ideal es que le pidas ayuda a algún amigo para que saque a pasear al nuevo perro. Después de que ambos hayan caminado y liberado energías, puedes hacer que los perros encuentren en un lugar que no le resulte familiar a ninguno de los dos. Con esta estrategia te asegura de que ambos estén más relajados y que no perciban que el otro está invadiendo su territorio. Deja que los perros se conozcan y después, continúa el paseo junto a tu amigo.
  2. Deja que se huelan. El olfato es el primer sentido que utiliza nuestro perro para relacionarse. Por ello, es muy importante que cuando lleguemos a casa con nuestro cachorro, lo primero que hagamos sea ofrecérselo, sin dejar de sostenerlo nosotros por si hubiese alguna reacción extraña, para que lo pueda oler.  
  3. Lleva el perro a casa. Si durante el encuentro no se produjo ningún problema, ha llegado la hora de llevar la nueva mascota a casa. no dejes que entre inmediatamente y olfateé cada rincón de las habitaciones, espera a que esté tranquilo y sentado para permitirle pasar. Recuerda que es el perro más antiguo quien debe entrar primera casa e "invitar" al otro.
  4. Deja que sean los perros quienes determinen su jerarquía. A lo largo de los días de los perros se irán conociendo y establecerán su propia jerarquía, no siempre es el más antiguo quien asume el rol dominante y no debes forzar ninguna situación ya que se trata de un proceso que discurre de manera natural.
  5. Busca un sitio nuevo para los dos. Por la misma territorialidad que mencionábamos antes, no es buena idea llevar al cachorro al territorio del primer perro; puede ser en la casa de un amigo o un espacio abierto y darles tiempo para que se reconozcan, siempre con sus correas colocadas. En ese momento es fundamental estar atento al lenguaje corporal del pero mayor, para evitar agresiones o peleas.
Luego, cuando veamos que todo marcha bien, será hora de volver todos juntos a casa.
 
 
2) Controlar el comportamiento, sobre todo los primeros días

Aunque todo marche bien el día de la presentación, no te distraigas. Controla el desarrollo de la relación e intenta no dejarlo solos durante mucho tiempo en las primeras 2 semanas. Si en ese lapso no surgen conflictos o peleas, vas por el buen camino en tu tarea de lograr la correcta convivencia entre un nuevo cachorro y tu perro.
 
Las primeras semanas, el lugar de la comida y de descanso del cachorro deben estar separados de los de nuestro perro y, únicamente, debe ser común el lugar de esparcimiento. Así evitaremos que nuestra mascota vea invadida su intimidad. Pasadas dos o tres semanas, en función de cómo veamos que es el comportamiento de nuestro perro, ya podemos ponerlos a comer y a dormir juntos. Si nuestra mascota reacciona bien, incluso puede llegar a adoptar al cachorro como propio.

3) ¿Cómo evitar los celos y las peleas?
 
Debes brindarle a ambos la misma atención y cariño. La llegada de un cachorro genera excitación y ganas de jugar siempre con él. 
 
Puede suceder que, sin querer y sin darnos cuenta, dediquemos cada vez menos tiempo y atención a quien antes era el único rey del hogar. Para evitar los celos y la agresividad de tu perro mayor, dale tanta atención a él como al recién llegado, y reserva tiempo para estar a solas con él.
 
De esta forma los perros comprenderán que no tienen que luchar por tu atención. Puedes acariciar al perro más antiguo con una mano y al nuevo con la otra o pedirle a tu pareja que se encargue de uno de los dos. 
 
Sigue las mismas rutinas. En todo caso, en la medida de lo posible, no debemos dejar de lado las costumbres y rutinas de paseos y juegos con nuestro perro y, mucho menos, los momentos de intercambios de cariños, ya que, de otro modo, interpretaría que el recién llegado le ha robado la atención de su amo. El perro antiguo estaba acostumbrado a determinados hábitos y horarios, es importante que el recién llegado no altere estas costumbres para que no lo perciba como el "responsable" del cambio. 
 
Separa los platos de comida. Debes educar a cada perro para que coma de su plato y no invada el espacio del otro, así evitarás conflictos. Como medida fundamental, no permitas que compartan el mismo plato. De ser posible, alimenta a cada uno por separado y tengan su propio plato y lo ideal es que estén a una distancia prudencial mientras comen. Si tu perro anterior es de edad avanzada o se alimenta lentamente por otros motivos, será mejor colocar su plato en otra habitación para evitar que el cachorro invada su espacio o robe su alimento.
 
Deja que jueguen. En el tiempo de juego, debemos hacer que nuestro perro se implique en los primeros pasos del cachorro. De este modo, no se verá dejado de lado mientras cuidamos al pequeño y se sentirá partícipe en todas las actividades. A menudo los perros más viejos gruñen, ladran o empujan al cachorro. Se trata de un comportamiento normal y es muy improbable que le haga daño por lo que, a menos que creas que lo va a lastimar, no debes intervenir. Recuerda que es a través del contacto físico que ambos perros delimitan sus reglas.
 
También debes darles los juguetes poco a poco; los juguetes son uno de los principales motivos de disputa entre los perros, incluso entre los que se han criado juntos. Por eso, lo más recomendable es dejárselos solo cuando ambos animales se hayan aceptado mutuamente.
 

Sumar un nuevo integrante a la familia puede ser un cambio muy positivo para todos, incluso para tu antiguo perro. Tu recibirás el doble de amor de tus mascotas y tu perro tendrá con quién jugar y ya no se quedará solo cuando sales a trabajar o a estudiar. Pero no lo tomes a la ligera: si estás pensando en adoptar un cachorro, hazlo con conciencia, mucha responsabilidad y con la seguridad de estar bien informado para no cometer errores.

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